Dime qué comes, y te diré de qué padeces

Un cuerpo ácido es un cuerpo enfermo y un cuerpo alcalino es un cuerpo sano. Lo único que puede determinar si nuestra sangre será ácida y garantizar una vida llena de achaques y dolencias es el consumo de azúcar y proteínas animales.

Un cuerpo ácido permite un crecimiento exagerado de hongos, levadura y moho, que son llamados micoformas y fermentan el azúcar y la convierten en una toxina o veneno llamada acetaldehído.

El acetaldehído reduce la absorción de proteínas y minerales disminuyendo la habilidad de producir enzimas y hormonas, causando así una desnutrición celular.

Además esta micotoxina se pega en las paredes de los glóbulos rojos haciéndolos menos flexibles e incapaces de meterse en los capilares de la circulación evitando así la oxigenación de las células.

El oxígeno no puede permanecer en el ácido por lo tanto se evapora. Entre menos oxígeno presente, más producción de alcohol habrá y la falta de oxígeno es la principal causa de muerte celular.

El acetaldehído destruye, en el cerebro, las enzimas esenciales y los neurotransmisores, responsables de realizar el impulso nervioso, causando así cambios en el estado de ánimo.

El hígado convierte el acetaldehído en alcohol y este proceso elimina de nuestro cuerpo el magnesio, azufre y potasio haciendo que la célula pierda energía y el cerebro esté confuso, mareado y desorientado.

Igualmente, mucho ácido en los intestinos causa crecimiento exagerado de bacterias malas, las cuales convierten los aminoácidos de las carnes y lácteos en productos tóxicos y venenosos así:

El aminoácido lisina y ornitina se convierten en cadaverina y putrescina, causantes de la putrefacción en el colon.
El aminoácido tirosina se convierte en tiramina, sustancia que causa contracción de los vasos sanguíneos aumentando la presión arterial y produciendo dolor de cabeza.

El aminoácido histidina se convierte en histamina, sustancia que causa reacciones alérgicas, como asma, rinitis, ronchas, tos y rasquiña.

El aminoácido triptófano se convierte en indol-escatol, productor del olor a rata muerta de la materia fecal.

Los síntomas de un cuerpo ácido son fatiga, cansancio, pereza mental, energía baja, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, espasmos, retención de líquido e hinchazón de las extremidades, fibromialgia, alergias, rinitis, depresión, nerviosismo, insomnio, falta de concentración, infecciones vaginales y urinarias, impotencia, infertilidad, próstata crecida, rasquiña rectal, gripas frecuentes y problemas menstruales.

La mejor manera de estar sano es haciendo que nuestro cuerpo este alcalino. Los alimentos alcalinos número uno son los vegetales y frutas.

El ingrediente principal que alcaliniza la sangre es la clorofila acompañado de las vitaminas, minerales, enzimas, aminoácidos y antioxidantes, todos ellos presentes en el reino vegetal.

El núcleo central de la clorofila es el mineral magnesio segundo mineral más alcalino del planeta tierra después del calcio que ocupa el primer puesto y es el rey de los minerales y se encuentra en todo lo que es vegetal.

Por: Alejandro Segebre
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