“La gente va enfermando, se queda en casa y se hace invisible”

David Palma, testigo de lo que significa vivir con sensibilidad química múltiple (SQM)

Tengo 35 años. Nací en La Seu de Urgell y vivo en Barcelona. Estoy casado con
Eva. Soy carnicero. La política me parece pura economía. Ni derechas ni
izquierdas se preocupan de las necesidades del ciudadano. Me parece infantil
pensar que un Dios se preocupa por nosotros
Cómo es Eva?
Maravillosa. Es economista, trabajaba en una sociedad de valores y en los ratos libres ambos nos
dedicábamos a la música. Nos conocimos en un concierto, a los dos meses ya vivíamos juntos, poco
después nos casamos.
Eso es un flechazo.
Antes de que se manifestara su enfermedad solíamos decir que nuestra vida iba tan bien que era difícil
que no se torciera.
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¿Qué pasó?
Comenzó a ahogarse en el trabajo y ese episodio se fue repitiendo, los olores se le hicieron insoportables.
Fuimos a muchos médicos y tras tratamientos con cortisona la cosa siguió complicándose hasta que
apareció un problema de tiroides. Siguió decayendo y acabó con una fatiga extrema.
¿Obtuvo la incapacidad?
Sí, pese a que la sensibilidad química múltiple (SQM) no está reconocida. La mayoría de los médicos
afirma que son problemas psicológicos. Eva estaba medio muerta.