Cuando convivir con el dolor de una enfermedad se hace totalmente insoportable

La fibromialgia es una enfermedad que se diagnostica cada vez más y que genera dolor en todo el cuerpo. Cuáles son los recursos para manejar los síntomas. Los pacientes reclaman cobertura.

Cada mañana se levantan con un dolor generalizado en el cuerpo que muchas veces no cede en el transcurso del día. Y realizar las tareas cotidianas se torna algo sumamente difícil. Quienes conviven con fibromialgia son en su mayoría mujeres y llegan al diagnóstico después de transitar por los consultorios de distintos médicos especialistas. Hasta no hace mucho la enfermedad no era demasiado conocida, algo que está cambiando. Dentro de la reumatología es un problema de consulta frecuente. Para los pacientes todavía falta mucho por hacer para que la patología sea más visible, haya más impulso para la investigación y obtengan cobertura total del tratamiento.

El médico reumatólogo Mario Goñi explica que la fibromialgia es una enfermedad caracterizada por un dolor generalizado al que define de este modo: dolor músculo-esquelético de más de tres meses de evolución. “Hay pacientes donde el dolor es más localizado, otros a los que les duele todo el cuerpo y los niveles de molestia son de leves a severos. No hay un análisis, una radiografía o resonancia para diagnosticarla; se piden estos estudios para descartar que el síntoma se deba a otra causa. La detección se realiza mediante el interrogatorio al paciente y un exámen físico (hay 18 puntos donde se localiza el dolor)”, explica.

De acuerdo a la experiencia del especialista el porcentaje de pacientes que consultan a reumatólogos por fibromialgia es cada vez mayor. Hay estadísticas que dicen que hasta el 15 por ciento de las consultas son por esta afección. Y se estima que entre el 2 o 3 por ciento de las visitas a un médico generalista tienen que ver con esta enfermedad que afecta más a las mujeres que a los varones, y a personas de diferentes edades (entre los 20 y 50 años, predominantemente).

En general el paciente que tiene fibromialgia ya consultó entre cinco y diez médicos hasta llegar al diagnóstico. El hecho de que se conozca más la enfermedad hace que la detección sea más precoz. A veces está asociada a otras patologías como la artritis reumatoidea y el lupus.

No hay una medicación específica, pero se les otorgan drogas para paliar los síntomas. Los pacientes con fibromialgia requieren de un seguimiento constante y algunos mejoran por un tiempo pero luego tienen recaídas.

La mayoría de las drogas que se usan no fueron creadas para tratar la fibromialgia pero tienen aplicaciones en ella. Se usan analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares, ansiolíticos y drogas antidepresivas, entre otras. “Se vio que el paciente tiene déficit o disminución de algunos mediadores neuroquímicos a nivel cerebral. Por eso se usan los antidepresivos para mejorar esa condición. A veces se piden dosajes de algunos de estos mediadores para ver qué tratamiento indicar”, agrega el médico.

En general no pueden descansar bien. “Suelen decir, duermo diez horas pero no descansé”, comenta el profesional. A su vez suelen tener trastornos urinarios, colon irritable, en ocasiones tienen palpitaciones y sudoración. Si bien todos manifiestan el sufrimiento por el dolor, poseen otras molestias.

Cada paciente es único y su malestar también. Por lo tanto es fundamental que la terapéutica sea personalizada.

Se requiere de un tratamiento multidisciplinario,en el que participen reumatólogos, un fisiatra, kinesiólogo o profesor de gimnasia, a veces se hacen interconsultas con un neurólogo, psicólogo o psiquiatra. “La rehabilitación y ejercicio físico son fundamentales para mejorar la salud. No deben hacer ejercicios de impacto, sino de elongación y relajación, posturales, trabajar en el agua. La natación, caminata y yoga pueden ser útiles. La actividad física es tan importante como la medicación”, considera.

Los pacientes suelen llegar a la consulta angustiados y preocupados por no hallar una solución definitiva a su problema. Según el especialista hay que tener cuidado en magnificar la alteración. “Para algunos esto es el fin del mundo y es cierto que es una afección limitante, pero hay que transmitirles que se puede tratar y no es invalidante en el sentido de que no se van a quedar sin caminar o van a dejar de mover el brazo”.