La Federación del Voluntariado organiza un concurrido marketplace’ para reunir a empresas y entidades sociales en proyectos comunes

No han ido a ligar. Tampoco a hacer negocio. O no sólo a esto último. Son participantes en el marketplace que organizó ayer la Federación Catalana de Voluntariado Social, presidida por Francina Alsina, en el marco del Congreso Europeo del Voluntariado. Son representantes de entidades sociales y de empresas que buscan una posible colaboración. son 36 per torn, sentados en varias mesas, en grupos de tres, de cuatro y en algunos casos de cinco personas.

El plan es que triunfe la promiscuidad. Que los diálogos sean cortos y que la gente vaya haciendo rotaciones. Y esto ocupaba ayer en el Museu Marítim Eva Snijders. «Dinamizadora… sargento", se define. Ayer, por primera vez en Cataluña y España, entidades sociales y empresas pusieron en práctica un marketplace que contó con tres sesiones: una en las 11.00, una en las 12.00 y una en las 13.00. Cada sesión dura 35 minutos. La imagen: tarjetas cambiando de mano, sonrisas y saludos. Snijders presiona al personal para que cambie de mesa e interlocutores con mayor rapidez: «Creo que les quitaré las sillas», amenaza. Opina que los participantes deberían moverse mucho más. Si son 36 y tienen 35 minutos, lo lógico es que una reunión de cuatro dure cuatro minutos.

No se cuenta en conocer a corto plazo resultados inmediatos. Lo normal es que cada uno revise después cuántas tarjetas tiene y qué le interesa más. No se habla sólo de dinero, también de colaboración de otro tipo. La convocatoria de ayer fue un éxito. Tocadas las 11, cuando ya estaba en marcha la primera sesión, no quedaban plazas para las de las 12. Lo vivió Isabel Sesé, de Gráficas Orteles. Su imprenta trabaja para fundaciones a precios más baratos, diu. Y con esa rebaja como activo se presentó. Sin embargo, se tuvo que llevar el haz de tarjetas de la empresa, no tuvo tiempo de esperar la tercera sesión. Cerca de usted, Maria Josep Udina se acerca a las tablas con la cara de quien llega a un territorio desconocido. Representa a la Federación Catalana de Entidades Corales. Persigue ayudas económicas y gente que necesite corales.

Snijders afirma que ambas partes ayer reunidas aún deben adaptarse un poco a este tipo de situaciones. por ejemplo, detectó un desequilibrio: demasiadas entidades, a 70%, para 30% de empresas. Con el tiempo se sabrá si las tres sesiones de ayer acabarán siendo matrimonios bien avenidos. En el congreso había stands de parejas, empresas y entidades, contentas con su experiencia. Casos de éxito. Dos ejemplos de colaboración: el Casal dels Infants e IBM y la tienda Pilma y la entidad Yamuna.

En el stand del Casal dels Infants e IBM, Thais Sánchez y Enric Delgado, de la entidad y la empresa, respectivamente, sonríen. No es sólo una cuestión de dinero, argumentos. La colaboración comenzó el 2008, cuando responsables de la firma de informática conocieron las instalaciones y actividades del Casal. «Quedamos muy impresionados», afirma Delgado, arquitecto de sistemas. «Algunas colaboraciones son más puntuales, de cara a la galeria, aunque el dinero va bien», relata Sánchez, que asegura que con IBM el vínculo es estable. Más reciente, pero con una alegría similar, conviven Pilma y Yamuna. La sociedad compra productos elaborados por 34 mujeres que trabajan en Madagascar.

Comercio justo y caridad

En el stand, Teresa Vidal, de Pilma, i Gloria Pérez. «La gracia está en la apuesta por productos de comercio justo, con los que los beneficios son menos», dice Vidal, que afirma de las trabajadoras: «Lo importante es que no crean que la compra es una caridad». «Quieren trabajar, no que les den limosna», proclama Pérez.