Si sufre fatiga crónica…/Si padece fatiga crónica…

El comportamiento de los centros de valoración de discapacidades – (CANALLA), dependientes de Acción Social y Ciudadanía-, en relación al colectivo de afectados por l'encefalopatia miálgica (el síndrome de fatiga crónica), la fibromialgia y la sensibilidad química múltiple, no sólo provoca perplejidad, sino que también llega a poner los pelos de punta y hace que nos tengamos que preguntar si no estamos errados en creer que vivimos en un país civilizado del siglo XXI. Si usted padece alguna o algunas de estas enfermedades, en el momento que vaya al CAD para que valoren su grado de disminución, acompañado por sus informes médicos que certifican lo que tiene y lo que no tiene, saldrá, inevitablemente, con un diagnóstico paralelo que no sólo le negará la afectación que sufre, sino que además le etzibarà un trastorno de una naturaleza muy diferente.

El hecho de que un vacío administrativo (una enfermedad que no consta en unos baremos de valoración) tenga repercusión en un diagnóstico hasta el punto de modificar sustancialmente es un hecho de un enorme calado. Cuando usted pida que le argumenten aquel diagnóstico pronosticado por el médico, nadie lo hará, eludirán cualquier situación que represente dar la cara y haber explicar algún dato al respecto. Además, permanecerán escondidos y silenciosos, y caballo, bajo las piedras. Es muy difícil explicar lo que en realidad no tiene ninguna explicación…

L´apartat 7.1 de la Carta de Derechos y Deberes de los Ciudadanos en relación a la salud y la atención sanitaria que trata sobre el derecho a recibir la información del proceso asistencial y el estado de salud dice que «el paciente tiene derecho a conocer toda la información obtenida respecto a su salud y a disponer, en términos comprensibles para él, información verídica y adecuada referente a su salud y al proceso asistencial, incluidos el diagnóstico, el riesgo / los beneficios, las consecuencias del tratamiento y del no tratamiento, las posibles alternativas a este tratamiento y, siempre que sea posible, el pronóstico». Sí, esta carta es un documento bonito e interesante, pero sólo tiene buena pinta en la web del Departamento de Salud. Desde el punto de vista médico, esta actuación es sumamente irresponsable y desde el punto de vista ético, representa una violación grave de la ley moral. Una actuación que el Instituto de Estudios Catalanes define con una palabra: crimen.

Fuente: La Vanguardia

El comportamiento de los centros de valoración de discapacidades (CAD, dependientes de Acción Social y Ciudadanía), en relación al colectivo de afectados por la Encefalopatía Miàlgica (Síndrome de Fatiga Crónica), la Fibromialgia y la Sensibilidad Química Múltiple, no sólo provoca perplejidad, sino que llega a poner los pelos de punta y hace que nos tengamos que preguntar si no estamos errados al creer que vivimos en un país civilizado y en el siglo XXI.

Si usted sufre alguna o algunas de estas enfermedades, en el momento que acuda al CAD a fin de que valoren su grado de discapacidad, acompañado por sus informes médicos que certifican aquello que tiene y aquello que no tiene, saldrá, inevitablemente, con un «diagnóstico paralelo» que, no sólo le negará la afectación que sufre, sino que le colgaran un trastorno de una naturaleza muy diferente.

El hecho de que un vacío administrativo (enfermedad que no consta en unos baremos de valoración) tenga repercusión en un diagnóstico hasta al punto de modificarlo sustancialmente, es un hecho de un enorme calado. Cuando usted pida que le argumenten aquel diagnóstico, no lo harán. Eludirán cualquier situación que represente «dar la cara» y permanecerán escondidos y silenciosos, si hace falta, bajo las piedras. Es difícil explicar aquello que no tiene explicación …

El apartado 7.1 de «carta de Derechos y Deberes de los Ciudadanos en relación a la Salud y la atención sanitaria» dice que «El paciente tiene derecho a conocer toda la información obtenida con respecto a su salud y a disponer … de información verídica y adecuada…». La Carta es un documento bonito, que queda muy bien en a la web del Departamento de Salud.

Desde el punto de vista médico, esta actuación es sumamente irresponsable y desde el punto de vista ético, representa una violación grave de la ley moral. Una actuación que la Real Academia de la Lengua define con una palabra: crimen.

Josep Carbonell Mestre
La Vanguardia