La coenzima Q10 podría mejorar a los pacientes con fibromialgia

Mario Cordero ha demostrado que en la enfermedad hay una importante deficiencia de esta sustancia, ligada a la inflamación
Investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla y profesor de Posgrado en la Facultad de Odontología. Este experto en Fibromialgia ofreció ayer una ponencia en el Encuentro «Retos de la ciencia II», organizado por la Federación Alba Andalucía, que representa a las personas afectadas por esta enfermedad.

CARMEN ROMERA Las actuales investigaciones de Mario Cordero se centran en lo que se conoce como Mitocondriopatia, pero su campo, según cuenta, está más enfocado a la fibromialgia, una enfermedad que afecta al 5% de la población mundial.

¿Qué novedades se investigan actualmente?
Precisamente hoy presento el último trabajo que hemos publicado en la prestigiosa revista Antioxidants & Redox Signaling, lo que ha sido un buen salto tanto para nosotros como para la fibromialgia, porque no se suele publicar en esos índices de impacto. En esta ocasión hemos demostrado que en la fibromialgia hay una importante disfunción mitocondrial y una deficiencia de coenzima Q10, y eso está relacionado de forma muy directa con la inflamación que tanto se conoce en muchos pacientes. Es el detonante de esa inflamación.

Entiendo que también se investigan posibles soluciones.
Hemos demostrado que se protege la mitocondria y se reducen los radicales libres como el estrés asociativo, además de que también se reduce la inflamación. En el estudio trabajamos con la coenzima Q10, que es un componente de la mitocondria, un transportador de electrones. Hemos hecho estudios preliminares con pacientes y ahora estamos realizando ensayos clínicos. Hace poco hemos terminado uno con 20 pacientes en Q10 y placebo, y tenemos otro en marcha con unos 120 pacientes.

¿Y qué resultados se han obtenido en estos ensayos?
Los resultados de estos estudios son bastantes importantes y positivos, porque se ve una reducción significativa de los síntomas que no se ven en los pacientes tratados con placebo, y a nivel molecular se ve un cambio radical en cuanto a la disfunción mitocondrial, el estrés asociativo, la inflamación…

Entonces,¿la Q10 puede frenar el avance de esta enfermedad?
Puede frenarlo un poco. La fibromialgia desgraciadamente no tiene cura, pero nuestro objetivo es encontrar, por un lado, las causas de la enfermedad y, por otro lado, entender el mecanismo de por qué se produce para luego poder pararla o al menos frenarla. No la vamos a curar, quizás, de aquí a unos años, pero al menos vamos a intentar conseguir frenarla. En esto, los resultados de los ensayos que hemos realizado son muy prometedores y la coenzima Q10 podría ser un acercamiento a la mejora de los pacientes.

El tratamiento en sí, ¿en qué consiste y cuándo podría comercializarse?
Se trata de un producto nutricional, que no un fármaco, que deberán tomar los pacientes, por lo que evita muchos efectos secundarios. El tiempo que puede tardar en llegar al paciente dependerá de Sanidad, pero sí es cierto que en muchos países se usa ya como primera barrera para muchas patologías cardiovasculares, Parkinson o Alzheimer. En nuestro caso, para la fibromialgia nos gustaría ver que se usa en un futuro, aunque no todos los pacientes se podrán beneficiar de él y no a todos les causará los mismos efectos, pero sí un gran porcentaje de ellos.

¿Cuál es el motivo de que no todos los pacientes puedan beneficiarse del tratamiento?
Porque hay pacientes que no tienen disfunción mitocondrial y sería en estos en los que sería efectivo, ya que existe una deficiencia de producción de la coenzima Q10. La fibromialgia es una enfermedad que padecen miles de personas en el mundo y que no todas tienen el mismo origen, aunque sí los mismos síntomas. Estos son dolor, cansancio, problemas del sueño, trastornos de la memoria y un poco de ansiedad y depresión.

¿Cómo es el actual tratamiento de estos pacientes?
Actualmente al paciente se le dan muchos fármacos. Cada uno es para un síntoma y estamos hablando de un analgésico para el dolor, un antidepresivo para la depresión y así sucesivamente. Lo que ocurre al final, en la mayoría de los casos, es que no se consigue la mejora pero sí un agravamiento de los efectos secundarios.

En definitiva, ¿cómo mejoraría la vida del paciente la Q10?
Según nuestros datos, con la reducción del dolor y del cansancio, la mejora del sueño y de la memoria y, por tanto, mejora de la depresión que esto conlleva.