Enfermos de fibromialgia reclaman dejar de ser «invisibles» ante Salud. Unas 2.500 personas están diagnosticadas en Málaga de este padecimiento crónico que les mina física y mentalmente
Algo tan simple como abrir el tapón de una botella se convierte en un problema para los enfermos de fibromialgia. Este padecimiento musculoesquelético generalizado deja sin fuerzas al que lo sufre y le provoca fuertes dolores que le minan física y mentalmente. Los enfermos se han cansado de que no se les tenga en cuenta y quieren dejar de ser ‘invisibles’ ante las consejerías de Salud y Bienestar Social y el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Además de a su padecimiento crónico, se enfrentan a una asistencia sanitaria que no siempre les ofrece una respuesta eficaz y se topan con la incomprensión de algunos médicos, que no les firman la baja a pesar de que no se encuentran en condiciones de trabajar.
Esto es lo que denunció ayer la presidenta de la Asociación de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de Málaga (Afibroma), María Jesús Moreno Jiménez. El lema de la asociación es ‘No somos invisibles’. Integrantes de este colectivo se concentraron ayer en la puerta del INSS, en la calle Kandinski, y piensan repetir la protesta todos los meses hasta que se les tenga en consideración y reciban una mejor atención. Uno de los inconvenientes que más les afectan es que los médicos tardan mucho en detectar la fibromialgia. «En mi caso, me la diagnosticaron después de doce años. Es un padecimiento que te maltrata día a día y te sume en un dolor continuo. Hay veces que no se puede ni desenroscar el tapón de una botella», explicó María Jesús Moreno.
En la provincia de Málaga hay unos 2.500 enfermos de fibromialgia censados, pero la cifra real es muy superior, ya que muchas personas siguen sin diagnosticar, precisó la presidenta de Afibroma. «Los médicos tardan bastante en descubrir lo que tenemos, porque existen más de cien síntomas y algunos se confunden con otros trastornos», añadió.
En ese sentido, Afibroma reclama que a los pacientes los vean facultativos especializados en vez de ir de una consulta a otra (médicos de familia, traumatólogos, reumatólogos y psiquiatras).
Este padecimiento en ocasiones se confunde con una depresión. «No es que estemos mal psicológicamente, es que el dolor que sentimos nos amarga la vida», dijo María Jesús Moreno. Esta afectada definió el dolor que padece como las agujetas que aparecen después de hacer deporte y que dejan el cuerpo sin fuerzas. «No podemos movernos», indicó.
Apoyo del Ayuntamiento
El concejal de Accesibilidad Universal del Ayuntamiento de Málaga, Raúl López, acompañó a los integrantes de Afibroma en la concentración de ayer. López recordó que los tres grupos del Consistorio (PP, PSOE e IU) aprobaron por unanimidad una moción presentada por él el año pasado en la que se solicitaba a la Junta de Andalucía una serie de mejoras en la atención de los pacientes. «Creemos que la fibromialgia tiene que ser reconocida como una enfermedad discapacitante», afirmó López.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la fibromialgia como una enfermedad crónica en la que los afectados presentan dolor musculoesquelético generalizado con múltiples puntos sensibles o ‘gatillo’ de localización. El dolor no puede ser explicado por trastornos degenerativos o inflamatorios. Es muy frecuente la asociación de alteraciones de sueño, sensación subjetiva de hinchazón, ansiedad y depresión, síndrome del intestino irritable, dismenorrea y otros síntomas.