«Estamos viendo un repunte del síndrome de Fatiga crónica al observarse en pacientes que han pasado el coronavirus»

Quirónsalud

Cuando el cansancio se prolonga durante más de seis meses y la actividad laboral, mental y física disminuye más de un 50% y nos sentimos incapaces de realizar la actividad que hacíamos previamente, nos encontramos ante un caso de síndrome de fatiga crónica, también denominada encefalitis miálgica. El neurólogo Juan Carlos Gómez, coordinador de la Unidad de Neurociencias Clínicas en Policlínica Gipuzkoa nos explica su posible origen, las nuevas terapias y ensayos clínicos en los que participan él y su equipo para tratarla y su relación con el coronavirus.

«El síndrome de fatiga crónica es un conjunto de síntomas con causas de origen diverso -aclara- y una de los más frecuentes es una infección viral, que es el 30 o 40% de los casos». «De hecho -añade- se le conocía antiguamente como fatiga posviral, porque los agentes causantes de este síndrome eran de origen vírico». «Con la infección por coronavirus está habiendo un repunte del síndrome de fatiga crónica en pacientes que lo han pasado», sostiene Gómez. «Además, en estos casos se observan otros síntomas como el insomnio, la cefalea, las palpitaciones o los problemas hemodinámicos», comenta el neurólogo.

«Aunque es difícil hablar de curación en enfermedades crónicas, hay tratamientos efectivos que mejoran mucho la calidad de vida con tratamientos específicos», afirma Juan Carlos Gómez. «Los tratamientos inmunomoduladores de toda la vida, como los corticoides, salvan vidas en fase aguda y pueden mejorar síntomas en pacientes que cumplen los criterios. Pero este tipo de medicamentos tienen muchos efectos adversos. Un paciente con síndrome de fatiga crónica poscoronavirus, que tenga anticuerpos muy elevados, se puede beneficiar de este tipo de tratamiento hasta el punto de mitigar los síntomas».

¿Cuándo acudir a la consulta?

«Lo recomendable -afirma- es que pasen seis meses desde que han pasado el coronavirus o algún tipo de infección, o en el caso de pacientes que hayan sido diagnosticados de enfermedades como por ejemplo las que afectan al tiroides, que son producidas por trastornos de autoinmunidad y que se manifiestan por cansancio extremo físico y mental». Además, el neurólogo señala que otros de los signos típicos son las alteraciones cognitivas, en la que los pacientes tienen dificultades de concentración sostenida: «son incapaces de leer un libro, de ver una película y cuando eso se prolonga en el tiempo tienen que venir a consulta».

Más en mujeres y jóvenes

Un aspecto curioso del síndrome de fatiga crónica es que es «hasta cuatro veces más frecuente en mujeres, y en mujeres jóvenes, entre los 30 y 40 años, que están en el máximo esplendor de la vida y en su momento de mayor rendimiento intelectual y laboral», sostiene Gómez Esteban.

La afectación psicopatológica es extensa, por lo que el coordinador de la Unidad de Neurociencias de Policlínica Gipuzkoa cree que quienes lo padecen «están muy estigmatizados», pues según afirma «la sociedad les etiqueta falsamente de pacientes solo psiquiátricos, cuando muchas veces el aspecto psicológico es solo secundario al problema real que es un cuadro de origen inmunológico que produce una gran fatiga». «Es decir -concluye- hay que abordar al paciente desde todas las esferas, no solo la neurológica, sino la psiquiátrica y también la neuropsicológica y por eso desde nuestra unidad tratamos cada caso con un enfoque multidisciplinar y disponemos de estudios clínicos en los que estamos participando para poder ofrecer a cada paciente un estudio personalizado y un tratamiento lo más idóneo posible».