“Nunca aprendes a vivir con el dolor”. Hoy 18 de octubre se celebra el Día Mundial del Dolor
En España, nueve millones de personas padecen dolor crónico
“Igual que se controla la presión arterial o la temperatura, se puede controlar el dolor”
En España nueve millones de personas padecen dolor crónico, un dolor que va más allá del malestar físico y que en muchos pacientes deriva en depresión y ansiedad. El dolor merma la calidad de vida y deteriora las relaciones sociales. “Es penoso y nunca aprendes a vivir con él”, explica Adriana, enferma de fibromialgia, que asegura que no deja que el dolor afecte a su vida. Para Antón Hererros, director de la Fundación para la Investigación de la Salud, es primordial “sensibilizar” a la sociedad de la importancia de tratar el dolor. El gasto en dolor debe entenderse siempre -señala- como una “inversión”.
“Es penoso tener que decir todo el tiempo que me duele algo”, explica Adriana, que convive con la fibromialgia desde hace ocho años y con quien hemos hablado con motivo del Día Mundial del Dolor que se celebra este lunes. Ella forma parte de los nueve millones de personas que padecen dolor crónico -aquel que dura más de seis meses con un mismo origen.
Sin embargo, Adriana es afortunada porque no permite que el dolor limite su vida. “Intento que no me afecte y no le doy muchas vueltas al coco” y “si tengo que salir a dar un paseo lo hago aunque me duela la espalda porque pienso que en casa me va a doler igual”. Esta es la forma de mantenerse lejos de la depresión que padecen un tercio de las personas que sufren dolor crónico.
Cuando el dolor es más duro, puntualiza Adriana, “me relajo un poquito, me pongo calor y me tomo un nolotil”
El dolor musculoesqulético, el que padece Adriana, es el más frecuente y suele aumentar a partir de los 50 años porque va asociado a problemas degenerativos y articulares propios del envejecimiento, explica el director de la Fundación para la Investigación de la Salud.
Herreros destaca la necesidad de “sensibilizar al sistema sanitario y a la población” de que “igual que se puede controlar la presión arterial o la temperatura, se puede controlar el dolor”. Aunque no siempre se puede prevenir, como en el caso de los enfermos de fibromialgia, “sí hay que intentar que los niveles de dolor no se disparen”.
En España nueve millones de personas conviven con el dolor cada día y como dice Adriana “nunca aprendes a vivir con ello; simplemente te acostumbras a llevar esa vida”.