Afibrocat
Search for:

La investigación en Covid prolongado podría ayudar a los pacientes con síndrome de fatiga crónica

ENFERMEDAD MUY CUESTIONADA POR LA CIENCIA

Su origen desconocido y la posibilidad de asociar sus síntomas a otros problemas dificultan el diagnóstico de esto estos pacientes que, en muchas ocasiones, la opinión médica que reciben es que sus dolencias físicas están en sus cabezas.

El síndrome de fatiga crónica (conocido también como encefalomielitis miálgica) es una enfermedad grave y de larga duración que puede afectar a varios sistemas de nuestro cuerpo, por lo que puede dificultar la realización de actividades normales en nuestro día a día. Su origen es desconocido y suele aparecer con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y de mediana edad. En términos de sintomatología, la enfermedad se presenta como cansancio sin que exista una causa aparente que lo provoque.

Desde hace años los pacientes con el síndrome de fatiga crónica afirman sentirse rechazados por los sistemas y profesionales sanitarios. El desconocido origen de la enfermedad y la posibilidad de asociar sus síntomas a otros problemas dificultan el diagnóstico de esto estos pacientes que, en muchas ocasiones, la opinión médica que reciben es que sus dolencias físicas están en sus cabezas. Pero ahora parece que la situación ha comenzado a cambiar como consecuencia del creciente número de pacientes que han superado la Covid-19 pero continúan sufriendo algunos de sus síntomas de forma persistente o han desarrollados secuelas. Hablamos de la Covid prolongada.

Los expertos en la materia declaran en The Guardian que no están sorprendidos de la aparición de la Covid prolongada. Los síndromes de fatiga persistentes se han venido registrando en la literatura científica desde hace décadas tras superar infecciones provocadas por virus, hongos o bacterias. Anthony Komaroff, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, recuerda en la citada cabecera un brote de casos de SARS que en 2003 afectó a varios profesionales de la salud en Toronto (Canadá). Comenta que las secuelas de la infección les impidieron retomar su trabajo hasta casi un año después enfrentándose a síntomas persistentes como los que ahora se asocian con la Covid prolongada: debilidadfatiga dolor muscular.

El experto señala que en estudios anteriores sobre distintos agentes infecciones, en aproximadamente uno de cada 10 pacientes había aparecido síndrome de fatiga persistente. Si esta cifra se extrapola a las infecciones por SARS-CoV-2, estaríamos hablando de millones de personas en todo el mundo. El resultado sería una ingente cantidad de pacientes con síntomas persistentes y fatiga post-infecciosa que plantea un gran desafío para los sistemas sanitarios.

“Como consecuencia del aumento tanto en apoyo financiero como en investigaciones creo que es probable que obtengamos algunas respuestas fundamentales tanto para la Covid prolongada como para el síndrome de fatiga crónica en los próximos cinco años. Y, por respuestas fundamentales, me refiero a mejores pruebas diagnósticas y desarrollo de tratamientos efectivos”

“Como consecuencia del aumento tanto en apoyo financiero como en investigaciones creo que es probable que obtengamos algunas respuestas fundamentales tanto para la Covid prolongada como para el síndrome de fatiga crónica en los próximos cinco años. Y, por respuestas fundamentales, me refiero a mejores pruebas diagnósticas y desarrollo de tratamientos efectivos”, asegura.

Desde finales de la década de 1980 ha surgido un debate sobre el componente psicológico en el síndrome de fatiga crónica. Muchos pacientes critican que uno de los problemas de base en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad reside en que los profesionales médicos, en muchas ocasiones, no son capaces de diferencias una enfermedad multisistémica posviral de otros problemas como la ansiedad, por ejemplo.

En este punto cabe destacar un estudio publicado en 2011 por The Lancet que concluía que la terapia conductual y el ejercicio eran los dos mejores tratamientos ante el síndrome de fatiga crónica. Unas conclusiones que además señalaban al origen psicológico de la enfermedad. Tanto pacientes como parte de la comunidad científica criticaron la investigación apuntando a una definición errónea de la enfermedad que se tradujo en la participación en el ensayo clínico de pacientes con depresión y no con síndrome de fatiga crónica.

David Tuller, investigador principal del Centro de Salud Pública Global de la Universidad de California (Berkeley), explica en The Guardian que “esta idea de que estos pacientes pueden curarse con ejercicio y psicoterapia ha sido el enfoque predominante durante los últimos 30 años y se basa en investigaciones nefastas e ideas prejuiciosas”. Pero las cosas están cambiando.

En 2017 los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) retiraron la recomendación de terapia cognitivo-conductual y el ejercicio gradual. En Reino Unido, el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y la Atención hizo lo mismo.

A pesar de estos cambios, el camino continúa repleto de desafíos. Los pacientes afectados esperan que el aumento en materia de investigación para hallar respuestas ante la Covid prolongada pueda abrir nuevas vías para el síndrome de fatiga crónica.

https://www.consalud.es/pacientes/especial-coronavirus/investigacion-covid-prolongado-ayudar-pacientes-sindrome-fatiga-cronica_99366_102.html

Un nuevo estudio cambia lo que sabíamos hasta ahora sobre la fibromialgia

La investigación, publicada en The Journal of the Clinical Investigation, podría allanar el camino hacia el desarrollo de tratamientos efectivos para las personas afectadas

Por Marta Rey02/07/2021 – 13:57 Actualizado: 02/07/2021 – 13:57

Durante décadas se ha pensado que la fibromialgia se originaba en el cerebro. Ahora, una investigación científica llevada a cabo por el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King’s College de Londres y publicada en la revista Journal of the Clinical Investigation, echa por tierra esta creencia al determinar que podría tratarse de una condición inmunológica.

La investigación, desarrollada en colaboración con la Universidad de Liverpool y el Karolinska Institute, ha demostrado que algunos de los síntomas de la desconocida enfermedad son causados por anticuerpos que aumentan la actividad de los nervios sensibles al dolor en todo el cuerpo. Los resultados abren paso al desarrollo de nuevos tratamientos que mejoren las condiciones de los pacientes afectados. “Ofrecen una asombrosa esperanza sobre el posible tratamiento futuro de los síntomas de la fibromialgia”, explica en un comunicado doctor Andreas Goebel, investigador clínico en la Universidad de Liverpool.

Estimaciones recientes determinan que al menos 1 de cada 40 personas padece esta desconocida enfermedad alrededor del mundo. Afecta principalmente a adultos entre 25 y 55 años – en su mayoría mujeres – y está caracterizada por la presencia de dolor generalizado en todo el cuerpo, fatiga y angustia emocional.

Los tratamientos actuales se centran en la prescripción de analgésicos y antidepresivos, así como en la recomendación de ejercicio físico moderado. Sin embargo, esta estrategia solo funciona para un reducido número de pacientes, lo que pone de manifiesto la necesidad de buscar fármacos más efectivos y dirigidos.

Para llevar a cabo la investigación, cuya metodología y publicación ha sido sometida a revisión por pares, se extrajo sangre de 44 pacientes afectados por fibromialgia y se inyectaron anticuerpos de cada uno de ellos en ratones. Los animales en seguida se mostraron sensibles a la presión y al frío y mostraron debilidad y pérdida de fuerza en sus extremidades. Por su parte, aquellos inyectados con anticuerpos de personas sanas no vieron afectada su condición.

Por último, los recientes hallazgos podrían tener implicaciones en otras enfermedades con sintomatología parecida, como la encefalomielitis miálgica – conocida también como el síndrome de fatiga crónica – o el covid persistente.

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2021-07-02/fibromialgia-origen-autoinmune-enfermedad_3164231/

Desarrollan una aplicación móvil para valorar la gravedad de fatiga crónica

El Hospital del Vall d’Hebron, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) han desarrollado una aplicación móvil que, conectada a una cinta torácica que mide variables cardíacas del paciente, sirve para valorar la gravedad de la fatiga crónica.

El síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica (SFC/EM) es una enfermedad incapacitante que mayoritariamente afecta a mujeres (son el 90% de los pacientes) y que, pese a su alta prevalencia, no se dispone aún de herramientas efectivas para su diagnóstico, seguimiento y tratamiento.

Para comprender mejor y favorecer el seguimiento de estos pacientes, el Vall d’Hebron, la UAB y la UPC han desarrollado una aplicación móvil útil en la valoración de la gravedad de la fatiga, en el marco de un estudio que se ha publicado en la revista Sensors.

La tecnología consiste en una cinta torácica que se pone la paciente, con un sensor capaz de medir ciertas variables cardíacas y que está conectado mediante bluetooth a una aplicación móvil, que registra y monitoriza los datos y los comparte los resultados con el personal médico.

Esta aplicación ofrece así una exploración “fácil”, sin molestias para la paciente, y permite “monitorizar la severidad de la fatiga”, ha destacado a Efe el doctor del Vall d’Hebron José Alegre Martín, responsable de la investigación clínica sobre síndrome de fatiga crónica.

Además de desarrollar la aplicación, en este estudio los investigadores han analizado la relación de la variabilidad de la frecuencia cardíaca -diferencias en el tiempo que pasa entre dos pulsaciones consecutivas- con la gravedad de los síntomas entre mujeres y hombres con SFC/EM.

Según Alegre, “la poca variabilidad de la frecuencia cardíaca se asocia con más fatiga”, de ahí que se haya creado este dispositivo para medir precisamente este parámetro.

Alegre ha señalado que la aplicación llega en un buen momento porque “es indiscutible que un porcentaje de enfermos de covid desarrollará un síndrome de fatiga crónica asociado”, como puede pasar también con infecciones de otros virus.

https://www.cope.es/actualidad/sociedad/noticias/desarrollan-una-aplicacion-movil-para-valorar-gravedad-fatiga-cronica-20210701_1376123